Vamos a hablar del respeto motero. Sí, tú, conductor de coche con aire acondicionado y la playlist de Bad Bunny a todo volumen: esto también va contigo.

Los moteros no pedimos mucho. No exigimos alfombra roja ni que nos recibas con fuegos artificiales en cada cruce (aunque no nos ofendería). Solo pedimos un poquito de respeto, ese que se da a quien se juega la vida cada vez que sale a domar el asfalto con dos ruedas y una chaqueta llena de parches.

Y sin embargo, muchos conductores nos ven como si fuésemos libélulas nerviosas revoloteando entre los coches. Señores y señoras: no somos bichos, somos moteros. No vamos “colándonos” en los carriles, vamos filtrando con arte. Y cuando adelantamos por la izquierda es porque confiamos más en nuestra horquilla delantera que en la atención del que está whatsappeando al volante.

¿Nos puedes respetar? Claro que sí. Aquí unas reglas básicas que incluso tu suegra entendería:

  1.  Cuando veas una moto detrás… déjala pasar. No es por chulería, es que no queremos chuparte el tubo de escape del 2005.

  2.  Pon el intermitente. No por ti, por nosotros. Porque adivinamos muchas cosas, pero aún no somos telépatas.

  3. Mira dos veces antes de cambiar de carril. Porque a veces vamos tan bien equipados que ni el radar de la NASA nos detecta.

  4. En rotondas, no juegues a “veo una moto, acelero”. Ya sabemos que tu Dacia Sandero puede darlo todo, pero no es momento.

  5. Si un motero te saluda bajando la mano, devuélvelo. No es un código secreto de los Illuminati, es un saludo universal que dice: “hermano, estamos vivos”.

Y por favor, si llueve, déjanos ese rinconcito bajo el puente. No queremos invadir tu espacio, solo no queremos que se nos empapen los calzoncillos.

En resumen: respetar a los moteros y moteras es tan fácil como no tomarte un Red Bull antes de conducir. Mira, señala, respeta la distancia y, si puedes, admira la belleza de una Ducati o una Harley rugiendo al amanecer.

Porque al final, todos compartimos la carretera. Tú, nosotros, el del patinete eléctrico… bueno, ese igual no, pero tú ya me entiendes.

¡Viva la moto y viva el respeto!

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