Hoy no ha sido un día cualquiera. Hoy ha sido uno de esos días que se escriben con mayúsculas.
Desde temprano, los miembros de la Hermandad Motera Dorsal Zero nos pusimos en marcha (¡literalmente!). El motivo no era una simple salida dominguera ni una ruta improvisada al bar de siempre: esta vez teníamos un propósito mucho más importante. Nos reunimos para apoyar a nuestro hermano Julián, que está pasando por una grave enfermedad y que, como buen guerrero de la carretera, está dando la batalla de su vida.
La mañana fue intensa. Hubo momentos de charla seria, abrazos largos, palabras de ánimo… pero claro, nosotros somos moteros, y aunque llevemos chaquetas de cuero y gafas de sol molonas, debajo tenemos corazón (y no es pequeño). Julián sintió nuestro apoyo, nuestras bromas —porque no íbamos a dejar pasar la oportunidad de sacarle alguna sonrisa— y, sobre todo, nuestro compromiso de estar a su lado en este tramo difícil del viaje.
Lo curioso es que miramos el reloj y… ¡BOOM! Eran las 17:00!
Sí, amigos, la mañana se nos había ido volando. Y eso que solo íbamos a “estar un rato”… bueno, ya nos conocemos. Entre charlas, alguna anécdota graciosa (“¿os acordáis de cuando Astu se cayó de la moto en parado?” — nunca lo superaremos) y mil risas, el tiempo se nos escapó de las manos.
Y claro, después de tanta emoción, tocaba recargar pilas. ¿Dónde? Pues en Torrevieja, que nos recibió con su sol, su brisa marina y —lo más importante— ¡un buen sitio para comer! Ahí nos sentamos todos juntos, mesa larga, platos llenos, vasos que no paraban de chocar brindando por Julián, por nosotros, por la hermandad, y por la vida misma. Hubo risas, bromas (sí, volvimos a meternos con Astu) y ese ambiente único que solo se da cuando estás rodeado de los tuyos.
Porque al final, ser parte de la Hermandad Motera Dorsal Zero no es solo compartir rutas y carreteras. Es compartir vida, alegrías, momentos duros y también esas comidas que se alargan hasta que el camarero nos mira con cara de “ya va siendo hora, ¿no?”.
Hoy demostramos que las motos nos unen, sí, pero lo que realmente nos hace fuertes es la familia que formamos. Y como siempre decimos entre nosotros:
🏍 “En la carretera vamos rápido, pero en la vida… vamos juntos.”
¡Por muchos kilómetros más, hermanos! 💪🍻🔥
