Hoy la carretera se viste de luto. Hoy el rugido de los motores se apaga en señal de respeto. La Hermandad Motera Dorsal Zero quiere rendir homenaje a un joven guerrero de solo 17 años que nos ha dejado demasiado pronto.

Era uno de los nuestros. Aunque no llevara aún muchos kilómetros recorridos, ya hablaba el lenguaje de la pasión, del compañerismo y de esa entrega que solo los que aman las motos pueden entender. Con apenas 17 años, su vida se fundía con cada curva, con cada entrenamiento, con cada segundo sobre la moto.

Su pérdida ha golpeado fuerte. Porque cuando se va un hermano de la carretera, se va una parte de todos nosotros. No importan las edades, ni las cilindradas, ni el tiempo que llevamos sobre dos ruedas: lo que nos une es más profundo. Es lealtad, es respeto, es hermandad.

Desde Dorsal Zero queremos alzar nuestros cascos al cielo por él. Queremos que allá donde esté, sepa que no está solo. Que aquí, en cada ruta, en cada concentración, en cada quedada, su espíritu nos acompañará. Porque los que viven con pasión nunca mueren, solo arrancan antes hacia otro destino.

Hoy el asfalto llora, pero también recuerda. Recuerda la sonrisa de un joven que lo daba todo, el brillo en los ojos antes de una salida, la ilusión por cada día que comenzaba con olor a gasolina.

A su familia, a sus amigos y a todos los que compartieron vida y kilómetros con él, nuestro abrazo sincero y nuestra promesa: jamás será olvidado.

Descansa en paz, hermano del asfalto. Que el viento siempre sople a tu favor y las curvas te abracen como lo hacemos nosotros desde aquí.

Con todo el respeto y el corazón en la mano,
Dorsal Zero – Hermandad Motera

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *